jueves, 31 de enero de 2013

SOBRE LOS DESCENDIENTES DE INMIGRANTES



SOBRE LOS DESCENDIENTES DE INMIGRANTES DEL MEDIO ORIENTE, JUDÍOS Y CHINOS EN HONDURAS

Por: Esther Alexandra Garwer
 
Para los hondureños, hablar de desarrollo socio-económico y político del país, es hablar frecuentemente de aquellas familias de ciudadanos que se destacan y despuntan por ser los principales líderes y empresarios de los más importantes emporios comerciales locales, mismos que a su vez los hace acreedores, tanto del poder económico como de una gran influencia política dentro del país; entre ellos figuran, de acuerdo a la actividad que realizan: 1).- En lo Político: Mario Canahuati, Adolfo y Mario Facusse, la familia Rosenthal, Starkman, Goldstein, Maduro; William Chong Wong; Rigoberto Chang Castillo; Leticia MaTay, entre otros; 2).- En lo Económico y Comercial: Juan Sikaffi, Seidel, Schacher, Andonie, Bendeck, Kaffaty, Hasbum, Kaffie, Kattán, Asfura, Mena, Mahomar, Barjúm, Salamé, Atuán, Nasralla; los Wolozny, Kestembaum; los Yip, Quinchon León, Quan y Yu-Shan (la comunidad china presionando porque Honduras entre en tratos comerciales con China continental) y 3).- En lo social: Lidia Handal, Juliette Handal, Emilio Larach; Rodrigo Wong Arévalo, Napoleón Ham, Sergio Chiuz.

En el caso de los inmigrantes de medio oriente y oriente, su imbricación en el desarrollo comercial y posteriormente industrial tiene gran trascendencia para entender los esquemas económicos que han sido utilizados como modelos de desarrollo en el país. Esta investigación ha arrojado posibles respuestas a nuestras hipótesis planteadas, como también nos ha mostrado grosso modo el lado obscuro de la inmigración: la corrupción y la necesidad de estar cerca de los círculos de poder.

Nuestra primera hipótesis plantea la posibilidad de que estos primeros inmigrantes se mueven a la capital por ser ésta la que ofrece ciertas particularidades en cuanto a salud y educación que no se ofrecían en otras ciudades del país, tales como la Universidad Nacional, el hospital San Felipe, clínicas y escuelas privadas, mejor clima e inclusive una mayor cercanía a otros puntos del territorio nacional por estar casi en un punto equidistante de ambas cosas, lo que facilitaba el comercio marítimo vía Amapala o Puerto Cortés, aprovechando para ello las políticas migratorias de los gobiernos de turno. La poca competitividad en este ámbito, permitió el desarrollo económico de los grupos en cuestión libres de presiones producto de una sobrepoblación local, sino que por el contrario, con todo un mercado a la orden del día, una demanda constante con una facilidad de oferta abundante. Por otra parte, lo que nos han dejado entrever los documentos en esta investigación preliminar es como la corrupción alimenta la necesidad de estos grupos de permanecer cerca del poder para protegerse. La mayoría de los inmigrantes con excepción de los de oriente medio, fueron personas formadas universitariamente, su nivel de escolaridad y el haber crecido en sociedades maduramente capitalistas les permitió detectar las facilidades de un gobierno pueblerino y de cómo aprovecharlas en beneficio propio. De allí la necesidad de estar cerca del poder.

Nuestra segunda hipótesis plantea que, los inmigrantes a partir de la segunda generación se involucran más con el país por desarrollar un cierto sentido de nacionalidad y pertenencia, pero que dadas ciertas situaciones de marginamiento social por la sociedad hondureña de aquella época, se vieron en la necesidad de ingresar en los últimos años a la política a fin de cuidar sus intereses de grupo. Basados en el descubrimiento anterior, se evidencia que las familias de inmigrantes no se han integrado en realidad a la sociedad hondureña, sino al círculo social que ejerce labor de dominación sobre esta sociedad; por ende, estos “extranjeros nacionales” a su vez, han compartido la falta de acceso al gobierno propuesta por ese círculo local, contribuyendo a alejarla del resto de hondureños que vive sin asociaciones con ninguno de ese círculo. De ahí que, la inserción de estas subculturas en la cultura hondureña no ha provocado una interacción totalmente positiva: si bien es cierto sus costumbres, modo de vida y en algunos casos hasta la dieta alimenticia, han pasado ha formar parte de la hondureñidad actual, también es cierto que la forma en que se adscriben a nuestra sociedad, no sólo han permitido su posicionamiento social como económicamente poderosos sino que también han pasado a formar parte de los grupos políticos de nuestro país; en otras palabras, el poseer el poder económico les ha permitido pactar con los detentores del poder político en detrimento del hondureño nativo, que se vuelve incapaz de ejercer su propio dominio, manejar las situaciones de su propio desarrollo económico e inclusive disfrutar de su propia nacionalidad. No ha habido un salto de lo económico a lo político porque ellos siempre han estado detrás del poder, lo que ha surgido es la participación directa de ellos por cuanto es notorio actualmente que les vean como hondureños. Sin embargo, para los hondureños nativos y herederos de esta tierra y de su conformación inicial como grupo mestizo, es cuando ser hondureño, se vuelve un acto de fe.

Aún falta ahondar en muchas de las situaciones antes descritas, ya que este es solo un preliminar de investigación y sentimos que apenas hemos tocado la punta del iceberg: en este sentido será necesario conocer de los demás gobiernos y establecer alguna conexión entre el despacho 696 en tiempos de Carías y el fraude del Chinazo durante el período de Carlos Roberto Reina. Por otra parte, se hace necesario también investigar las actividades económicas de los inmigrantes con más detenimiento, para muestra un botón: de acuerdo al historiador Jorge Amaya los Rosenthal son dueños del 10% de la riqueza de este país…Ahora nuestro reto es dar respuesta a inquietudes planteadas tales como: ¿Porqué la mayor parte de la riqueza del país no está en manos de hondureños? ¿Incide en esto la herencia colonial de los grupos de poder que jamás se han sentido parte del país por heredar esa ausencia de patria del criollo colonial, misma que han tratado de encontrar primero en Francia y después en Estados Unidos, generando con ello una clase política mentalmente extranjera y que considera que el país es una hacienda de su propiedad y que sólo otros extranjeros como ellos pueden usufructuarlo en beneficio propio?  ¿Dónde queda entonces el verdadero hondureño si está regido por “extranjeros nacionales” que aún por medio de sus sistemas educativos (bilingües) propugnan por la conservación de su casta por encima de la nacionalidad y aún del mismo concepto de nación? De hecho… ¿Cuál sería entonces el concepto de nación en Honduras?

BIBLIOGRAFÍA
Garwer, Esther Alexandra y Zelaya y Ferrera, Rolando Francisco, investigación acerca de los inmigrantes de Medio Oriente, Judíos y Chinos en Tegucigalpa, 2008 disponible en su versión electrónica en http://www.historiadehonduras.hn/ Historia/ Independiente/ MovimientosSociales/ inmigrantes.htm

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